domingo, 26 de julio de 2009


Grandes cambios en la Tierra

Curiosa analogía la existente entre los continentes y la sociedad humana. Al inicio de su aparición estaban ambos unidos, en el caso de los continentes formaban la llamada Pangea - incluso antes de Pangea existía una gran unidad de tierra con algunos bloques menores - y en el caso de los hombres, vivían todos bajo el comunismo primitivo.

Continuó la deriva continental, Pangea se dividió en dos supercontinentes: Laurasia y Gondwana; y la sociedad se dividió y apareció la primera sociedad de clases, la sociedad esclavista. Los actuales continentes se combinaron de varias formas y las grandes masas de tierra sufrieron muchos cambios hasta quedar como hoy las conocemos. La lucha de clases dió paso a las sociedades feudales y las sociedades capitalistas.

Se sabe que el movimiento de los continentes - y en general de todas las placas - aún continúa y dentro de millones de años las masas de tierra se unirán y formarán un solo continente, una nueva Pangea. La lucha de clases continúa y la decadencia del sistema capitalista dará paso al comunismo, desapareciendo las clases y la explotación del hombre por hombre, dando paso a una verdadera igualdad y justicia.

Los cambios en la superficie terrestre y los cambios en la sociedad no sucedieron al mismo tiempo. Así que esperamos que la unión de los hombres en el comunismo científico llegue mucho antes de la Nueva Pangea, dentro de 250 millones de años.

Pero así como el movimiento de placas ocurre bajo grandes erupciones y terremotos, el cambio a una nueva sociedad también estará acompañado de cataclismos, y es necesario que luchemos para poder este conseguir este cambio. Somos nosotros los jóvenes, quienes debemos liderar esta lucha.

Las masas de tierra no pueden decidir su futuro. Las masas de hombres, en cambio, sí.




domingo, 12 de julio de 2009

BARTON ZWIEBACH Y LA TEORIA DE LAS CUERDAS

La Teoría de la Relatividad, creada por Einstein, no ha sido invalidada, hasta el presente, por los hechos. Se ha intentado, miles de veces, encontrar algo que la teoría no pueda explicar. Pero nunca se ha logrado hallarlo. Por otra parte, todas sus predicciones se han cumplido. Es, tal vez, la única teoría (podría haber otra) que parece ser invulnerable. Sin embargo, la Teoría de la Relatividad tiene una limitación, ya veremos por qué. Todos sabemos, de manera intuitiva, lo que es la razón humana. Pero si profundizamos su análisis vemos, de inmediato, que la razón exige unidad. Ejemplo: una teoría científica, en nuestro caso una teoría física, debe tener todas sus partes ligadas entre sí. Si no lo están, la teoría no funciona.
Aunque nuestra experiencia nos produce la sensación de que hay muchas fuerzas en la naturaleza, como el viento, la que produce los temblores y terremotos, la que impulsa a los carros con gran velocidad, la que desata los tsunamis, la que mueve los músculos de los seres humanos y de los mamíferos, y otras más, en realidad solo hay cuatro: la fuerza fuerte, la electromagnética, la fuerza débil y la gravedad.

La fuerza fuerte es la que mantiene los protones fuertemente pegados entre sí. Los protones están cargados de electricidad positiva y los objetos cargados con el mismo signo eléctrico se rechazan. Solo una fuerza muy poderosa, más intensa que todas las demás, puede realizar esta acción, pues la fuerza electromagnética es muy fuerte.

La fuerza débil es muy difícil de comprender. Hoy se sabe que interviene en las modificaciones del neutrón. La gravedad es la más débil de todas. Esto parece imposible, pues nos atrae con tal fuerza que si caemos de un tercer piso, nos matamos (salvo un milagro). La gravedad nos parece tan fuerte porque es producida por la concentración de la materia, y la materia de nuestra Tierra es inmensa comparada con nuestro insignificante tamaño.

Debido a que, como hemos anticipado, la razón exige unidad, es lógico que los científicos, especialmente los físicos, estén intentando encontrar una sola fuerza de la que se deriven las cuatro restantes. Sin embargo, hasta el momento nadie ha podido lograrlo.

Pero ha surgido una esperanza: la Teoría de las Supercuerdas, a cuyo desarrollo ha contribuido el sabio Barton Zwiebach, nacido en el Perú. Se llama así porque el fundamento último de la materia, según nos dice, no son los átomos sino unas cuerdas pequeñísimas, cuyas diferentes vibraciones producen todos los fenómenos producidos por los átomos. Según esta teoría, cuya matemática es complicadísima, tan complicada que aún no se ha terminado de hacer, pero que ya funciona en varias aplicaciones, se ha demostrado, rigurosamente, que permite unificar las cuatro fuerzas de la naturaleza. Pero, desgraciadamente, hasta el momento no se ha podido establecer que tenga una comprobación experimental. Y, según los físicos, una teoría que no esté conectada con la experiencia, no sirve para nada.

Sin embargo, hace pocos años ha surgido una posibilidad de conexión. La teoría ha seguido desarrollándose, como siempre, de manera muy compleja, y ya está cerca de la comprobación experimental. ¿Podrá algún día lograrla? Nadie lo sabe. Pero la teoría se ha ido perfeccionando y parece que dentro de un tiempo, que no ha de ser muy largo, se podría lograr la comprobación. Si así fuera, sería un triunfo espectacular de la razón humana.


Extraído del artículo "En honor de Barton Zwiebach"
Por Francisco Miró Quesada Cantuarias. Filósofo
Diario El Comercio.


A continuación un interesante video acerca de la teoría de las cuerdas.




domingo, 5 de julio de 2009


ENERGIA DEL PEZ


Crean una máquina que imita a los peces para extraer energía de las corrientes acuáticas. Aprovecha la energía presente en la mayor parte de las corrientes oceánicas y fluviales.

 El lento movimiento de las corrientes oceánicas y fluviales puede convertirse en una fuente de energía fiable y asequible. Un ingeniero de la Universidad de Michigan ha diseñado un mecanismo que aprovecha la “tecnología del pez” para la generación de energía a partir de los remolinos que causan los fluidos en torno a un cuerpo. La máquina se llama VIVACE y es capaz de funcionar en corrientes que fluyen a velocidades inferiores a dos nudos. Según su creador, este dispositivo no depende de las olas, ni de las mareas, ni de turbinas o presas para su funcionamiento. Es un sistema de energía hidrocinética que se basa en las vibraciones inducidas por un remolino de agua. Los cálculos hechos por este ingeniero dicen que sería una energía más barata que otras energías renovables como la eólica o la solar. 

Un ingeniero de la universidad norteamericana de Michigan ha ideado una máquina que funciona como un pez para convertir las vibraciones potencialmente destructivas que se encuentran en un fluido en una fuente de energía renovable. 

La máquina se llama VIVACE (Vortex Induced Vibrations for Aquatic Clean Energy) y es el primer dispositivo conocido hasta la fecha que puede aprovechar la energía que se genera en la mayor parte de las corrientes acuáticas. 

Según informó la Universidad en un comunicado VIVACE tiene la particularidad de funcionar en corrientes que se mueven más despacio que dos nudos (un nudo equivale a 1,852 kilómetros por hora). La mayor parte de las corrientes de agua en nuestro planeta se mueven a menos de 2 nudos. Otras tecnologías para extraer energía del agua, como las turbinas y los molinos de agua, necesitan que el agua fluya a una media de 5 nudos para poder funcionar con la suficiente eficiencia. 

VIVACE no depende de las olas, ni de las mareas, ni de turbinas o presas para su funcionamiento. Es un sistema de energía hidrocinética que se basa en las vibraciones inducidas por un remolino de agua. Las vibraciones inducidas por remolinos son ondulaciones que causa un objeto redondeado o con forma de cilindro en un flujo de fluidos, ya sea en el aire o en el agua. 

La presencia del objeto causa desviaciones y trastornos en la velocidad de la corriente a medida que pasa en torno al objeto. Esto causa remolinos, o vórtices, que se forman de acuerdo a pautas en los lados opuestos del objeto. Estos vórtices empujan al objeto hacia arriba y hacia abajo, o a izquierda y derecha, de manera perpendicular a la corriente. 

Estas vibraciones, que también se dan en el viento, fueron las responsables de que se cayera el puente Tacoma (Washington) en 1940 así como de la destrucción de varias torres de refrigeración en la central energética Ferrybridge (Inglaterra) en 1965. En el agua, las mismas vibraciones dañan con frecuencia muelles o plataformas petrolíferas. 

"En los últimos 25 años los ingenieros hemos tratado de suprimir las vibraciones inducidas por vórtices", explicó Michael Bernitsas, que es profesor en el Departamento de Arquitectura Naval e Ingeniería Marina de la Universidad de Michigan, y creador del artefacto. "Pero ahora hacemos exactamente lo opuesto. Realzamos las vibraciones y ponemos riendas a esta fuerza poderosa y destructiva en la naturaleza". 

Los peces hace mucho que saben cómo utilizar estos vórtices a su favor. Su fuerza muscular no podría por sí misma propulsarlos a través del agua a la velocidad que se mueven, de modo que los peces navegan siempre a la estala de otro. 

La primera versión de la máquina no se parece en nada a un pez, aunque este ingeniero dice que las versiones futuras tendrán el equivalente de una cola y una aspereza de superficie parecida a la de las escamas.

El prototipo es simplemente un cilindro delgado sujeto con resortes y que pende horizontalmente a través del flujo del agua en un tanque del tamaño de un remolque de tractor. El agua en ese tanque fluye a una velocidad de 1,5 nudos.

La mera presencia del cilindro en la corriente causa la formación alternada de vórtices arriba y abajo del cilindro. Estos remolinos empujan el cilindro hacia arriba y hacia abajo sobre sus resortes, lo que crea una energía mecánica. Luego la máquina convierte esa energía mecánica en electricidad. 

Según Bernitsas, unos pocos cilindros podrían ser suficientes para dar energía a un buque anclado o a un faro. El profesor calcula que un conjunto de conversores VIVACE del tamaño de una pista de atletismo y de unos dos pisos de alto podría alimentar de energía a unas 100.000 casas. 

La idea es que estas estructuras se depositen, por ejemplo, en el lecho de un río. Dado que las oscilaciones de VIVACE serían lentas, la teoría es que el sistema no causaría daños a la fauna acuática como puede ocurrir con las presas y las turbinas de agua. 

Bernitsas dice que la energía de VIVACE costaría apenas unos 5,5 centavos de dólar por kilovatio/hora. La energía eólica cuesta 6,9 centavos por kilovatio/hora, la nuclear 4,6 centavos y la solar entre 16 y 48 centavos por kilovatio/hora, dependiendo de su ubicación. 

Este investigador ha completado un estudio que demuestra que su dispositivo podría llegar a extraer energía del río Detroit. En la actualidad está trabajando en la instalación de un proyecto piloto en ese mismo río que podría está listo dentro de 18 meses. 


Artículo de Raúl Morales.
Extraído de http://www.tendencias21.net