sábado, 3 de octubre de 2009
domingo, 13 de septiembre de 2009
Personajes Revolucionarios de la Ciencia
Carlos Darwin es uno de los representantes de las Ciencia Naturales que más ha cambiado el pensamiento y comportamiento de la gente. Desde el siglo XIX, se comienza a ver el mundo de otra manera, ya no se recurre a un espíritu creador para explicar el origen de los seres vivos y los cambios producidos en estos. Darwin desechó, sin intención, toda explicación idealista sobre el desarrollo de la vida, descubrió la ley del desarrollo de la naturaleza orgánica. Son todas estas cosas las que lo hacen un revolucionario.
Darwin nación en Shrewsbury, Shropshire (Inglaterra), el 12 de febrero de 1809. Su padre fue Robert Waring Darwin y su madre Susannah Darwin (Wedgwood es su apellido de soltera). “Carlos Darwin pertenece, pues, por la rama paterna, a una familia burguesa rica, salida del campesinado casi desde hacía dos siglos y contando con tres generaciones de intelectuales: médicos, literatos, naturalistas. La madre provenía de otra familia burguesa, los Wedgwood, y era hija de Josué, el mayor de ellos” (Prenant). Cuando Darwin tenía ocho años, fallece su madre, y es enviado a la escuela contra su voluntad. Él mismo dijo que este hecho fue funesto para su inteligencia. Sin embargo, tenía grandes gustos por la Geometría y la Física, además, coleccionaba conchas marinas, sellos postales, medallas, y sobre todo, minerales. Gustaba de los poemas de Shakespeare, Thomson, Byron y Scott. La química constituyó una materia fundamental en su educación escolar, ya que le mostró de manera práctica el significado de lo experimental en la ciencia.
En 1825, su padre lo envía a la Universidad de Edimburgo para que estudie Medicina. Pero le disgustó las lecciones, excepto las de Química. En esa época, oye hablar de Lamarck, pero no presta gran atención. Cuando, en 1828, su padre se da cuenta de que a su hijo no le gustaba la Medicina, le propone ser eclesiástico. La idea le parece buena a Carlos Darwin; sin embargo, no se decidió seguir la carrera eclesiástica. Luego, entró en la Universidad de Cambridge. Allí, Darwin fue igual de mediocre que en Edimburgo; no obstante, se interesó por la Geometría; además de los libros, especialmente de dos: Filosofía moral y Pruebas del cristianismo, de Paley. En 1831, egresa de la Universidad como bachiller.
Como dice Marcel Prenant, “En modo alguno, ni en su manera de vivir, ni en sus opiniones sociales, ni en sus intenciones, fue Darwin un revolucionario. Era un burgués inglés de su tiempo, acomodado, bien asentado en el confort que heredó de sus padres, provisto de las cualidades y los defectos de su clase y socialmente bastante miope”. Sin embargo, señala más adelanta el investigador francés que “lo que hará de Darwin un revolucionario, a pesar suyo, será el viaje del Beagle”. El 27 de diciembre de 1831, Darwin se embarca en el Beagle, en una travesía que será el acontecimiento de su vida, como él mismo afirmaba.
El Beagle navega por las costas este y sur de América, a partir de La Plata. Darwin pudo recorrer Uruguay, Argentina, la Patagonia y la Tierra del Fuego; permaneció más de un año en Chile y en Perú (algunos investigadores afirman que fue en este país donde se contagió del mal de Chagas); pasó a las islas Galápagos, en Ecuador. Luego viajó a Tahití, las Malvinas, la isla Mauricio; después regresa a Brasil, finalmente pasó a las Azores. El 2 de octubre de 1836, regresa a Inglaterra. “No obstante, Darwin regresó a Londres sin haberse planteado teoría evolutiva alguna. Sospechaba la verdad de la evolución, pero no tenía mecanismo por el que explicarlo. La selección natural no surgió de ninguna lectura directa de los datos del Beagle, sino de sus dos años siguientes de meditación y lucha reflejados en una serie de notables libros de apuntes” (Jay Gould).
Al regresar del viaje, Darwin se dedicó –según Prenant- a organizar sus observaciones, recopila los documentos de sus observaciones, los pone en fichas que coloca en casi cincuenta clasificadores; lee mucho incluso documentos distintos de las Ciencia Naturales, y redacta tablas y resúmenes con los hechos más sobresalientes. Demuestra Darwin la dedicación que caracteriza a todo científico. Prepara su diario de viaje, comparte sus apuntes con otros especialistas y examina los materiales recogidos. El 11 de enero de 1839 se casa con su prima Emma Wedgwood. Luego, en 1842, el matrimonio se traslada a Down, en el condado de Kent. Allí, Darwin recibió durante un largo tiempo a sus amigos Lyell, Huxley, entre otros.
Darwin se puso a trabajar en sus notas, pero sin la intención de publicar algo. Esto cambiaría cuando, en 1858, recibe una carta y un manuscrito de Alfred Rusell Wallace, un joven naturalista que estaba desarrollando la teoría de la selección natural. Darwin quedó asombrado por la gran similitud entre los ambos trabajos. Fue este hecho, en parte, el que motivó a Darwin a publicar su magistral libro.
Así, luego de pensarlo un buen tiempo, en 1859, publicó su libro Origen de las especies. La primera edición, de 1,250 ejemplares, se agotó ese mismo día. Este libro causó un gran debate en toda la población y todos los intelectuales de esa época. Muchos teólogos criticaron a Darwin; sin embargo, este afirmaba que su teoría no estaba en contra de la religión. La influencia de Darwin viene desde aquel año en que se publicó su más relevante obra; aún ahora, el debate sobre la evolución se mantiene.
La obra de Darwin es una propuesta de la burguesía progresista; sin embargo, fue Marx quien supo utilizarla de manera productiva. El darwinismo contiene tres afirmaciones revolucionarias: 1) el mundo proviene de una evolución; 2) esta evolución se realiza por medios puramente materiales; y 3) el hombre es producto de esta evolución, y en consecuencia, es también de origen puramente material. Ahora, es preciso justificar, primero, que estas afirmaciones no traicionan el pensamiento de Darwin; segundo, que tienen un valor revolucionario; y tercero, que los hechos conocidos después de Darwin no han hecho más que reforzar estas afirmaciones (Prenant).
En la actualidad, “La evolución darwiniana continúa en el Homo sapiens, pero a un ritmo tan lento que prácticamente carece de impacto en nuestra historia” (Jay Gould). La evolución biológica se hizo más lenta y menos notoria; la evolución cultural predomina desde que aparecieron las culturas. Así, hay un aumento y desarrollo de esta, y una disminución de aquélla.
La objeción teórica a Darwin –hecha por Marx y Engels- es, en principio, con respecto a la evolución darwiniana. “La evolución supone crisis y saltos bruscos, revoluciones, tanto en el mundo físico como en la sociedad humana. Pero Darwin, que conocía las variaciones bruscas, las consideraba como insignificantes en relación a las variaciones lentas y directamente imperceptibles”, escribe Prenant. Darwin se empeñaba en sostener la siguiente fórmula: Natura non facit saltus (La naturaleza no obra a saltos). Esta objeción teórica carecería de sentido si la ciencia actual no le diera la razón.
El otro punto es respecto del origen del hombre. El hombre es un animal en su origen, y su actividad fundamental es también una actividad animal, por el cual se procura medios de existencia. Pero dejó de ser exactamente un animal desde que empleó no solamente su cuerpo sino también útiles de trabajo, que prolongaron esta, que hicieron más eficaz su acción y que al poder ser cambiados y modificados, permitieron una experiencia práctica variada (Prenant).
Otra objeción es sobre la conocida y discutida “lucha por la supervivencia” o “lucha por la vida”. Engels menciona que “…toda la teoría darwiniana de la lucha por la vida consiste sencillamente en trasladar de la sociedad a la naturaleza viva la teoría de Hobbes sobre la guerra de todos contra todos, la teoría económica burguesa de la competencia y la teoría malthusiana de la población. Que esta obra maestra sea justa por completo, es algo muy dudoso, sobre todo en lo que concierne a la teoría de Malthus…
”…El animal llega cuando más a acumular; el hombre produce; en el sentido más amplio de la palabra, crea medios de existencia que la naturaleza jamás podría producir sin él. De aquí la imposibilidad de transferir pura y simplemente las leyes vitales de las sociedades animales a la sociedad humana. Gracias a la producción, la pretendida lucha por la existencia, sino también a los medios de posesión y desarrollo. Desde este momento, son los medios de desarrollo producidos en la sociedad, las categorías sociales del reino animal, so completamente inaplicables” (citado por Prenant).
Darwin fue un naturalista que revolucionó las Ciencias Naturales, pero que no dudó, en ningún momento, de los derechos de su clase. Fue un sabio apasionado, pero no pudo franquear ciertos límites del conocimiento. Descubrió la ley del desarrollo de la naturaleza orgánica, como luego Marx descubrió la ley del desarrollo de la sociedad humana.
BIBLIOGRAFÍA
ALTMANN, Julio (2009). “Darwin tenía razón”. En La Primera (Lima-Perú), 13.02.09, p. 18.
JAY GOULD, Stephen (1986). El pulgar del panda. Buenos Aires: Hyspamérica.
PRENANT, Marcel (1969). Darwin y el darvinismo. México, D.F.: Grijalbo.
jueves, 13 de agosto de 2009
El precio de la energía
Extraido de la revista National Geographic. Edición especial Energía del Futuro
domingo, 9 de agosto de 2009
Nuestro Reto Energético
El mundo empieza a confrontar su adicción a los baratos y abundantes combustibles fósiles.
La comodidad del fuego es también su maldición. Desde que el hombre dominó por primera vez el calor, la luz y el poder de la llama, ansía obtener más energía de ellos. Este deseo desbocado ha llevado a excesos peligrosos y ahora la Tierra sufre las consecuencias. El carbón, el petróleo y el gas natural satisfacen 80% de las necesidades energéticas del planeta y producen la mayoría del dióxido de carbono (CO2) y otras emisiones de gases de efecto invernadero que calientan el planeta.
Según la World Energy Outlook 2008 (Perspectiva Energética Mundial 2008) de la Agencia Internacional de Energía (IEA por sus siglas en inglés), la demanda energética podría brincar hasta 50% para 2030 con un consecuente aumento de las emisiones, un camino que, si no se modifica, podría elevar la temperatura global hasta en 6 °C. El reporte concluye que esta tendencia es “evidentemente insostenible ambiental, económica y socialmente”. Destetar a la humanidad de los combustibles fósiles requiere de una “revolución energética global”, dice Nobuo Tanaka, director ejecutivo de la IEA. Lo cual será posible si el mundo invierte en energía renovable, reduce las emisiones de carbono, mejora la eficiencia y apaga algunas luces. ¿Sucederá? Tanaka dice: “Ya veremos”.
Extraído de la revista National Geographic en Español, edición especial Energía del Futuro.
¿Podemos Limpiar el Carbón?
Extraído de la revista National Geographic en Español, edición especial Energía del Futuro.
domingo, 26 de julio de 2009
Grandes cambios en la Tierra
Curiosa analogía la existente entre los continentes y la sociedad humana. Al inicio de su aparición estaban ambos unidos, en el caso de los continentes formaban la llamada Pangea - incluso antes de Pangea existía una gran unidad de tierra con algunos bloques menores - y en el caso de los hombres, vivían todos bajo el comunismo primitivo.
Continuó la deriva continental, Pangea se dividió en dos supercontinentes: Laurasia y Gondwana; y la sociedad se dividió y apareció la primera sociedad de clases, la sociedad esclavista. Los actuales continentes se combinaron de varias formas y las grandes masas de tierra sufrieron muchos cambios hasta quedar como hoy las conocemos. La lucha de clases dió paso a las sociedades feudales y las sociedades capitalistas.
Se sabe que el movimiento de los continentes - y en general de todas las placas - aún continúa y dentro de millones de años las masas de tierra se unirán y formarán un solo continente, una nueva Pangea. La lucha de clases continúa y la decadencia del sistema capitalista dará paso al comunismo, desapareciendo las clases y la explotación del hombre por hombre, dando paso a una verdadera igualdad y justicia.
Los cambios en la superficie terrestre y los cambios en la sociedad no sucedieron al mismo tiempo. Así que esperamos que la unión de los hombres en el comunismo científico llegue mucho antes de la Nueva Pangea, dentro de 250 millones de años.
Las masas de tierra no pueden decidir su futuro. Las masas de hombres, en cambio, sí.
domingo, 12 de julio de 2009
La Teoría de la Relatividad, creada por Einstein, no ha sido invalidada, hasta el presente, por los hechos. Se ha intentado, miles de veces, encontrar algo que la teoría no pueda explicar. Pero nunca se ha logrado hallarlo. Por otra parte, todas sus predicciones se han cumplido. Es, tal vez, la única teoría (podría haber otra) que parece ser invulnerable. Sin embargo, la Teoría de la Relatividad tiene una limitación, ya veremos por qué. Todos sabemos, de manera intuitiva, lo que es la razón humana. Pero si profundizamos su análisis vemos, de inmediato, que la razón exige unidad. Ejemplo: una teoría científica, en nuestro caso una teoría física, debe tener todas sus partes ligadas entre sí. Si no lo están, la teoría no funciona.
Aunque nuestra experiencia nos produce la sensación de que hay muchas fuerzas en la naturaleza, como el viento, la que produce los temblores y terremotos, la que impulsa a los carros con gran velocidad, la que desata los tsunamis, la que mueve los músculos de los seres humanos y de los mamíferos, y otras más, en realidad solo hay cuatro: la fuerza fuerte, la electromagnética, la fuerza débil y la gravedad.
La fuerza fuerte es la que mantiene los protones fuertemente pegados entre sí. Los protones están cargados de electricidad positiva y los objetos cargados con el mismo signo eléctrico se rechazan. Solo una fuerza muy poderosa, más intensa que todas las demás, puede realizar esta acción, pues la fuerza electromagnética es muy fuerte.
La fuerza débil es muy difícil de comprender. Hoy se sabe que interviene en las modificaciones del neutrón. La gravedad es la más débil de todas. Esto parece imposible, pues nos atrae con tal fuerza que si caemos de un tercer piso, nos matamos (salvo un milagro). La gravedad nos parece tan fuerte porque es producida por la concentración de la materia, y la materia de nuestra Tierra es inmensa comparada con nuestro insignificante tamaño.
Debido a que, como hemos anticipado, la razón exige unidad, es lógico que los científicos, especialmente los físicos, estén intentando encontrar una sola fuerza de la que se deriven las cuatro restantes. Sin embargo, hasta el momento nadie ha podido lograrlo.
Pero ha surgido una esperanza: la Teoría de las Supercuerdas, a cuyo desarrollo ha contribuido el sabio Barton Zwiebach, nacido en el Perú. Se llama así porque el fundamento último de la materia, según nos dice, no son los átomos sino unas cuerdas pequeñísimas, cuyas diferentes vibraciones producen todos los fenómenos producidos por los átomos. Según esta teoría, cuya matemática es complicadísima, tan complicada que aún no se ha terminado de hacer, pero que ya funciona en varias aplicaciones, se ha demostrado, rigurosamente, que permite unificar las cuatro fuerzas de la naturaleza. Pero, desgraciadamente, hasta el momento no se ha podido establecer que tenga una comprobación experimental. Y, según los físicos, una teoría que no esté conectada con la experiencia, no sirve para nada.
Sin embargo, hace pocos años ha surgido una posibilidad de conexión. La teoría ha seguido desarrollándose, como siempre, de manera muy compleja, y ya está cerca de la comprobación experimental. ¿Podrá algún día lograrla? Nadie lo sabe. Pero la teoría se ha ido perfeccionando y parece que dentro de un tiempo, que no ha de ser muy largo, se podría lograr la comprobación. Si así fuera, sería un triunfo espectacular de la razón humana.
Extraído del artículo "En honor de Barton Zwiebach"
Por Francisco Miró Quesada Cantuarias. Filósofo
Diario El Comercio.
A continuación un interesante video acerca de la teoría de las cuerdas.
domingo, 5 de julio de 2009
ENERGIA DEL PEZ
Crean una máquina que imita a los peces para extraer energía de las corrientes acuáticas. Aprovecha la energía presente en la mayor parte de las corrientes oceánicas y fluviales.
Un ingeniero de la universidad norteamericana de Michigan ha ideado una máquina que funciona como un pez para convertir las vibraciones potencialmente destructivas que se encuentran en un fluido en una fuente de energía renovable.
La máquina se llama VIVACE (Vortex Induced Vibrations for Aquatic Clean Energy) y es el primer dispositivo conocido hasta la fecha que puede aprovechar la energía que se genera en la mayor parte de las corrientes acuáticas.
Según informó la Universidad en un comunicado VIVACE tiene la particularidad de funcionar en corrientes que se mueven más despacio que dos nudos (un nudo equivale a 1,852 kilómetros por hora). La mayor parte de las corrientes de agua en nuestro planeta se mueven a menos de 2 nudos. Otras tecnologías para extraer energía del agua, como las turbinas y los molinos de agua, necesitan que el agua fluya a una media de 5 nudos para poder funcionar con la suficiente eficiencia.
VIVACE no depende de las olas, ni de las mareas, ni de turbinas o presas para su funcionamiento. Es un sistema de energía hidrocinética que se basa en las vibraciones inducidas por un remolino de agua. Las vibraciones inducidas por remolinos son ondulaciones que causa un objeto redondeado o con forma de cilindro en un flujo de fluidos, ya sea en el aire o en el agua.
La presencia del objeto causa desviaciones y trastornos en la velocidad de la corriente a medida que pasa en torno al objeto. Esto causa remolinos, o vórtices, que se forman de acuerdo a pautas en los lados opuestos del objeto. Estos vórtices empujan al objeto hacia arriba y hacia abajo, o a izquierda y derecha, de manera perpendicular a la corriente.
Estas vibraciones, que también se dan en el viento, fueron las responsables de que se cayera el puente Tacoma (Washington) en 1940 así como de la destrucción de varias torres de refrigeración en la central energética Ferrybridge (Inglaterra) en 1965. En el agua, las mismas vibraciones dañan con frecuencia muelles o plataformas petrolíferas.
"En los últimos 25 años los ingenieros hemos tratado de suprimir las vibraciones inducidas por vórtices", explicó Michael Bernitsas, que es profesor en el Departamento de Arquitectura Naval e Ingeniería Marina de la Universidad de Michigan, y creador del artefacto. "Pero ahora hacemos exactamente lo opuesto. Realzamos las vibraciones y ponemos riendas a esta fuerza poderosa y destructiva en la naturaleza".
Los peces hace mucho que saben cómo utilizar estos vórtices a su favor. Su fuerza muscular no podría por sí misma propulsarlos a través del agua a la velocidad que se mueven, de modo que los peces navegan siempre a la estala de otro.
La primera versión de la máquina no se parece en nada a un pez, aunque este ingeniero dice que las versiones futuras tendrán el equivalente de una cola y una aspereza de superficie parecida a la de las escamas.
El prototipo es simplemente un cilindro delgado sujeto con resortes y que pende horizontalmente a través del flujo del agua en un tanque del tamaño de un remolque de tractor. El agua en ese tanque fluye a una velocidad de 1,5 nudos.
La mera presencia del cilindro en la corriente causa la formación alternada de vórtices arriba y abajo del cilindro. Estos remolinos empujan el cilindro hacia arriba y hacia abajo sobre sus resortes, lo que crea una energía mecánica. Luego la máquina convierte esa energía mecánica en electricidad.
Según Bernitsas, unos pocos cilindros podrían ser suficientes para dar energía a un buque anclado o a un faro. El profesor calcula que un conjunto de conversores VIVACE del tamaño de una pista de atletismo y de unos dos pisos de alto podría alimentar de energía a unas 100.000 casas.
La idea es que estas estructuras se depositen, por ejemplo, en el lecho de un río. Dado que las oscilaciones de VIVACE serían lentas, la teoría es que el sistema no causaría daños a la fauna acuática como puede ocurrir con las presas y las turbinas de agua.
Bernitsas dice que la energía de VIVACE costaría apenas unos 5,5 centavos de dólar por kilovatio/hora. La energía eólica cuesta 6,9 centavos por kilovatio/hora, la nuclear 4,6 centavos y la solar entre 16 y 48 centavos por kilovatio/hora, dependiendo de su ubicación.
Este investigador ha completado un estudio que demuestra que su dispositivo podría llegar a extraer energía del río Detroit. En la actualidad está trabajando en la instalación de un proyecto piloto en ese mismo río que podría está listo dentro de 18 meses.
Artículo de Raúl Morales.
Extraído de http://www.tendencias21.net
sábado, 27 de junio de 2009
LOS CULPABLES DE LA GRIPE PORCINA
Los culpables de la gripe porcina por Ignacio Ramonet.
sábado, 20 de junio de 2009
ZOONOSIS
A continuación presentamos un artículo de la revista National Geographic del mes de junio, llamado “Animales infecciosos”. Este artículo explica el proceso de zoonosis, proceso por el que un patógeno animal es adquirido por un humano. Esto permitirá entender uno de los más recientes casos de zoonosis. El virus H1N1.
…Estamos rodeados de enfermedades infecciosas. Se podrían considerar como un cemento natural que une una criatura con otra, una especie con otra, dentro de los elaborados edificios que llamamos ecosistemas. Son uno de los procesos básicos que estudian los ecologistas, entre los que también se cuentan la depredación, competencia y fotosíntesis. Los depredadores son bestias relativamente grandes que comen a sus presas desde el exterior. Los patógenos (agentes causantes de enfermedad, como los virus) son bestias relativamente pequeñas que lo hacen desde adentro. Aunque las enfermedades infecciosas parecen aterradoras y espeluznantes, bajo condiciones normales son tan naturales como lo que los leones hacen a los ñus, cebras y gacelas.
Pero las condiciones a veces distan mucho de la normalidad.
De la misma manera que los depredadores tienen presas favoritas que acostumbran cazar, sus especies objetivo, los patógenos también tienen sus predilecciones. Así como un león ocasionalmente puede desviarse del comportamiento normal, y matar una vaca en lugar de un ñu o un humano en vez de una cebra, esto puede suceder con los patógenos que cambian de especie objetivo. Los accidentes suceden, se dan aberraciones. Las circunstancias cambian y, en consecuencia, las oportunidades y exigencias también. Cuando un patógeno da el salto de un animal no humano a una persona y tiene éxito, el resultado se conoce como zoonosis.
Casi nadie está familiarizado con esta palabra. Es un término que ayuda a aclarar la realidad biológica detrás de los encabezados de primera plana sobre la gripe aviar, el SARS y otras formas nuevas de enfermedad y la amenaza de una futura pandemia. Nos dice algo esencial sobre el origen del VIH. Es una palabra del futuro, destinada a tener mucho uso en el siglo XXI.
El Ébola es una zoonosis. También la fiebre bubónica, la fiebre amarilla, la viruela del simio, la tuberculosis bovina, la fiebre hemorrágica de Marburg, el virus del Oeste del Nilo, la enfermedad de Lyme, muchas cepas de influenza, la rabia, el síndrome pulmonar por hantavirus y una nueva enfermedad llamada nipah, que mata a los cerdos y a sus criadores en Malasia. Cada una refleja la acción de un patógeno que puede contagiarse a los humanos desde otras especies. Esta forma de salto entre especies es muy común. Alrededor de 60 % de las enfermedades humanas conocidas se comparten entre animales y personas. Algunas de ellas,como la rabia, están muy diseminadas y son conocidas por su letalidad. Miles de humanos siguen muriendo a pesar de siglos de esfuerzos por contrarrestar los efectos de la rabia, de intentos internacionales para erradicarla o controlarla, y de una comprensión científica clara sobre cómo funciona. Otras enfermedades son nuevas e inexplicablemente esporádicas, cobran pocas vidas (como el hendra), o un centenar por aquí y por allá, para después desaparecer durante años.
La viruela, como contraejemplo, no es una zoonosis. Es causada por un virus que infecta al Homo sapiens y, en casos muy excepcionales, a algunos primates no humanos. Pero no a los caballos, ratas ni cualquier otra especie. Esto ayuda a explicar por qué, a partir de 1979, se pudo declarar exitosa la campaña global de la Organización Mundial de la Salud para erradicarla. La viruela desapareció porque su virus, sin prácticamente capacidad de residir en ningún otro lado aparte de los humanos, no podía esconderse. Los patógenos zoonóticos sí pueden hacerlo.
La viruela del simio, aunque relacionada cercanamente con la viruela, tiene dos diferencias cruciales: su propensión a afectar tanto a monos como a humanos y la capacidad del virus de existir en otras especies,algunas de las cuales no han sido identificadas. La fiebre amarilla, que también infecta a monos y humanos, y es causada por un virus que se esconde en varias especies de mosquitos, quizá nunca pueda erradicarse. El patógeno causante de la enfermedad de Lyme, un tipo de bacteria, se esconde en los ratones de patas blancas y en otros mamíferos pequeños. Por supuesto, no es que los gérmenes se escondan de manera consciente. Para ellos, este comportamiento simplemente constituye una estrategia de transmisión indirecta o de supervivencia encubierta.
La estrategia menos conspicua de todas es esconderse en lo que se llama un huésped reservorio, especie que porta el patógeno con poca o ninguna manifestación sintomática. Cuando una enfermedad parece desaparecer entre brotes (nuevamente, al igual que hendra en la matanza de 1994), su patógeno causal posiblemente podría haberse terminado, al menos en la región, pero quizá no. Tal vez sigue cerca, por todas partes, en un huésped reservorio. ¿Un roedor? ¿Una mariposa? ¿Un murciélago? Residir sin ser detectado en un huésped reservorio es quizá más sencillo en lugares donde la diversidad biológica es alta y el ecosistema tiene relativamente pocos cambios. Lo inverso también es cierto: los disturbios ecológicos hacen que emerjan enfermedades. Si sacudes un árbol, caen cosas.
Casi todas las enfermedades zoonóticas resultan de una infección por uno de seis tipos de patógenos: virus, bacterias, protozoarios, priones, hongos y gusanos. La enfermedad de la vaca loca es causada por un prion, una molécula de proteína doblada de manera extraña que provoca que otras moléculas se doblen de maneras raras, como la forma infecciosa del agua de la novela de Kurt Vonnegut, Cuna de gato. La enfermedad del sueño es una infección por un protozoario, transmitido a mamíferos silvestres y domésticos y a la gente en el África subsahariana por las moscas tse-tsé. El ántrax es una bacteria que puede permanecer latente en el suelo por años y después, cuando sale, infectar a los humanos mediante el ganado. La toxocariasis es una zoonosis leve causada por gusanos redondos y la puede contagiar un perro. Pero, al igual que el perro, por suerte el dueño puede desparasitarse.
Los virus son los más problemáticos. Evolucionan rápidamente, no responden a los antibióticos, pueden esconderse, ser versátiles, tener altísimos índices de mortalidad y son diabólicamente simples, al menos en comparación con otros seres vivos o cuasivivos. El hanta, SARS, viruela del simio, rabia, ébola, virus del Oeste del Nilo, machupo, dengue, fiebre amarilla, junin, nipah, hendra, influenza y VIH son virus. La lista completa es mucho mayor. Existe una condición que lleva el descriptivo nombre de espumavirus del simio (SFV, por sus siglas en inglés), que infecta a monos y humanos en Asia en los lugares donde las personas y los macacos semidomesticados entran en contacto (como templos budistas e hindúes). Algunos visitantes extranjeros de estos templos dan comida a los macacos y se exponen al SFV. “Los virus carecen de medios de locomoción –dice el eminente virólogo Stephen S. Morse–, pero muchos de ellos le han dado la vuelta al mundo”. No pueden correr, nadar o arrastrarse. Son portados.